Cuando te han defraudado, no piensas en otra cosa que tratar de encontrar el "por qué", "qué hice de malo", "qué paso", si aparentemente todo iba muy bien. Talvés no encontremos respuestas y tan solo nos guiemos por lo que la razón trata de justificar con los últimos elementos que nos ayudan a reconstruir posibles escenarios, de los cuales ni aun así, esto nos permita aminorar el dolor tan grande que produce perder a una persona muy especial para nosotros.
Creo que es más fácil decir un "Adios" cuando en el tiempo oportuno puedes agradecer, primeramente a la vida, por haberles dado la oportunidad de cruzar sus caminos permitiéndoles conocerse, amarse, apoyase, confiarse y valorse como seres únicos e irrepetibles. El despertar día a día confiere dar "Gracias a la vida" por permitir habernos dado la bendición de estar un momento más, de concedernos la gracia de tener cerca a personas que más que una compañía nos están confrontando a sacar lo mejor y lo peor de nosotros para mejorar como personas; más que una maldición por haber roto las promesas hechas de jamás hacerse daño, es vivir agradecida por ese apoyo incondicional que en su momento se vivió. Desde este espacio... Mil gracias y que DIOS te bendiga!!!